“Innovar es utilizar el conocimiento, y generarlo si es necesario, para crear productos, servicios o procesos, que son nuevos para la empresa, o mejorar los ya existentes, consiguiendo con ello tener éxito en el mercado” (Manual de Oslo 1997).
El Costo total de propiedad (Total Cost of Ownership, TCO) es el costo total de un producto, por ejemplo, un sistema de información) a lo largo de su ciclo de vida completo. El TCO toma en cuenta no sólo los costos directos si no también los indirectos y los recurrentes. Los costos directos pueden ser, por ejemplo, el costo de los equipos: los ordenadores, las infraestructuras de red o el costo del software (los costos de las licencias). Los costos indirectos (o costos ocultos) pueden ser los costos de mantenimiento, administración, formación del usuario o del administrador, los costos de desarrollo y de soporte técnico. Por último, los costos recurrentes pueden ser, por ejemplo, los productos consumibles, la electricidad, gastos de alquiler, etc.
En el año 2018, aún muchas empresas siguen confiando en las llamadas telefónicas, faxes, hojas de cálculo complejas, excesivo papeleo, voluminosos expedientes de compras y diversas técnicas de “apagado de incendios”, para gestionar el proceso Procure to Pay (P2P), con una enorme pérdida de recursos por el desarrollo de actividades que sobrecargan a todos los profesionales del proceso de abastecimiento, impidiéndoles que dediquen todo su tiempo y energía a las actividades “core” de su respectiva área; sea ésta el área de compras, almacenes, contabilidad o tesorería.